A los pocos días de la publicación del anterior post de este blog sobre la relación entre el espacio público y la práctica deportiva urbana, llego a un post escrito en otro blog, ecosistema urbano, titulado “You are where you live” sobre una temática muy similar: la relación entre la salud y el lugar donde viven las personas.
En el post nos resumen la investigación de S.V. Subramanian, profesor asociado de sociedad, desarrollo humano y salud en la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Subramanian ha revisado multitud de teorías que ayudan a explicar nuestra resistencia a los hábitos saludables. Ha estudiado un buen número de explicaciones basadas en la idea de que somos lo que somos y hacemos lo que hacemos porque estamos programados/as para ello, explicaciones que se ven reforzadas en los últimos años debido al gran desarrollo de la investigación genética.
Este investigador entiende y comparte estas teorías “individualistas” sin embargo se resiste a creer que sea simplemente eso. Considera que hay un gran número de factores que se están obviando en este tipo de investigaciones. Piensa que hay otros factores en nuestro medio ambiente (lugares donde vivimos, trabajamos, jugamos) que también tienen una gran importancia a la hora de fomentar estilos de vida saludables, entre ellos la práctica de actividad física. Subramanian se ha embarcado en un estudio sobre la salud y la ubicación.
El autor considera que aunque la ciencia médica a menudo se limita a intervenir a nivel personal – ayudar a un paciente a tomar decisiones saludables – la investigación puede demostrar que también existen intervenciones eficaces que se pueden hacer a nivel de vecindario, tales como recortes de impuestos para las industrias relacionadas con la salud para mover en un barrio, o incentivos para que las organizaciones locales lleven a cabo actividades que promuevan la actividad física y otros hábitos saludables.
La verdad es que me resulta extraño que esta cuestión sea considerada una investigación novedosa. Supongo que el alcance la misma será más amplio que la información que he leído sobre ella o que presentará otros aspectos más novedosos que los aquí citados.
Desde hace mucho tiempo en el ámbito de la salud pública la evidencia ha demostrado que la salud y los hábitos saludables están vinculados tanto a factores individuales como sociales, económicos o estructurales. El fomento de buenos hábitos saludables, y la actividad física es uno de ellos, no debe limitarse a la educación de las personas sino que debe contemplar actuaciones sobre los ambientes en los que se mueven dichas personas.
El enfoque socio-ecológico aplicado a la promoción de la actividad física está presente en los Planes de Actividad Física de multitud de países desde hace bastante tiempo. Trabajos como “A healthy city is an active city”, “Collaboration between the health and transport sectors in promoting physical activity: examples from european countries” ambos de la OMS, o “Transportation, land use and physical activity” de Anastasia Loukaitou-Sideris son una buena muestra de ello.
En resumen, supongo que la investigación de Subramanian debe incluir otros aspectos novedosos a esta cuestión, porque si se limita a analizar la relación entre salud, hábitos saludables y entorno de las personas, hace tiempo que existen evidencias acerca de la misma.