La seguridad percibida es un factor clave a la hora de ubicar equipamientos deportivos en el espacio público. Más allá de las clásicas consideraciones técnicas empleadas en los Planes Locales de Instalaciones o similares, en esta cuestión entra en debate la subjetividad.
Desde la psicología ambiental y la criminología se han desarrollado numerosas teorías sobre la seguridad percibida en los espacios públicos. Aquí sólo me centro en tres teorías.
La teoría de las «ventanas rotas» de Wilson y Kelling y la importancia de un buen mantenimiento de estos espacios para evitar que los mismos deriven en entornos inseguros.
La idea de «espacio defendible» de Oscar Newman que nos lleva a pensar en las bondades de la segregación y diferenciación espacial para que las personas se identifiquen con esos espacios y cuiden de ellos.
Por último, la célebre expresión de Jane Jacobs de «los ojos de la calle» que nos previene de la importancia de que exista una comunidad y cierto dinamismo social para dotar a los espacios públicos de seguridad.
En el proyecto participativo de definición y ubicación de los parques biosaludables en Hernani tuvimos oportunidad de poner sobre la mesa estas teorías.
Antes de esbozar una solución participada decidimos reflexionar sobre varias cuestiones relevantes a considerar a la hora de seleccionar las ubicaciones y los modelos de parques. Una de estas cuestiones era la seguridad percibida y planteábamos preguntas relacionadas con las tres teorías que he expuesto.
Plantear estas y otras preguntas a las personas que acudieron a los talleres antes de que aportasen sus propuestas, fue muy sugerente. El hecho de hacerles pensar sobre este tipo de criterios les llevaba a consideraciones a las que de otro modo no hubiesen llegado y probablemente sus propuestas habrían sido muy diferentes.
En este vídeo lo explico un poco más: