¿Cómo se ve el dopaje desde la Economía?

carcel

Como vamos viendo en este blog en el mundo del deporte hay multitud de situaciones que pueden ser observadas desde la Ciencia Económica. Una de estas visiones economicistas que he encontrado y creo que puede ser interesante es el dopaje.

El caso del dopaje puede ser visto como un caso claro de dilema de prisionero (recomiendo leer su explicación en Wikipedia). Bueno, lo cierto es que en este complicado mundo del deporte los casos de dilema del prisionero se dan con demasiada frecuencia y todos tienen un elemento común, la presión competitiva. A parte del dopaje observamos casos de este dilema a la hora de negociar derechos de televisión de forma conjunta o individual, la organización de cárteles o ligas, de sindicatos de jugadores, etc. Algunos siguen la tendencia de cooperar y salir del dilema y otros siguen la tendencia contraria, sálvese quien pueda y tonto el último.

Además del dilema del prisionero, es aplicable también la ley de rendimientos marginales decrecientes. A continuación explicamos ambas perspectivas.

Como comportamiento sujeto a la ley de rendimientos marginales decrecientes:
Las y los deportistas se doparán hasta un punto de dopaje en el cual ya no se incrementa el rendimiento. Hay un momento en el que el cuerpo es incapaz de asimilar más cantidades de sustancias externas y éstas no tendrán ya efecto, o bien, el cuerpo dice basta… GAME OVER.

Como un caso de  dilema del prisionero:
El deportista y/o responsable de su preparación consideran que dopándose obtendrán una ventaja comparativa respecto al resto de participantes. Además, en caso de no hacerlo, como están convencidos de que habrá otros que sí lo hagan, piensan que estarán concediendo una ventaja a esos competidores. Es obvio que la mejor opción para todos sería un comportamiento cooperativo (en el caso del prisionero: no confesamos ninguno y las condenas serán menores para todos) y que todos participasen en igualdad de condiciones.

La consecuencia de ambos principios es que se alcanzará un equilibrio de Nash, un equilibrio estable en el que la combinación de estrategias de todos los deportistas hace que ninguno de ellos pueda mejorar sus resultados por un cambio unilateral de su estrategia. Es decir, si sólo uno deja de doparse su situación deportiva empeora. Eso sí, este equilibrio de Nash es subóptimo, el óptimo pasaría por la cooperación entre los deportistas y que ninguno se dopase; pero como en todo buen dilema  del prisionero para esto hace falta una cooperación y una confianza que se atisban muy alejadas de la realidad.

Foto:  ►Milo►
Artículo publicado originalmente el 1 de marzo de 2007 en Avento.

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