¿Qué país es más rico, el que tiene a los más ricos o el menor número de pobres? Esta cuestión ya se presentó hace un año cuando salió la noticia de que España es el décimo país en número de ricos. Está muy bien, pero ¿de qué sirve si la riqueza está mal repartida?
Este tema de discusión surge también en el fútbol, tras la publicación del Annual Review of Football Finance 2007 por la firma Deloitte unos meses después del Football Money League 2007 podemos sacar algunas evidencias acerca de un asunto ya discutido aquí: el poder de la negociación de forma conjunta por parte de los clubes de fútbol de sus derechos televisivos y otros ingresos de las competiciones.
Tras revisar ambos trabajos encontramos algunas situaciones que nos muestran el gran desequilibrio entre la capacidad económica de los grandes equipos de la Liga española y el resto de equipos. Por ejemplo, el Real Madrid y el F.C. Barcelona son los equipos europeos con mayor facturación anual, pese a ello, el Real Madrid es segundo y el Barça es noveno en cuanto a valor económico del club. A esto hay que añadir que el Barça es la marca futbolística más importante del mundo (bueno, al menos lo era).
Pese a contar con estos “campeones de la facturación”, la Liga española se encuentra en tercera posición en cuanto a valoración económica de sus equipos, tras la Premier inglesa y el Calcio italiano. Es más, en la lista de los 20 equipos con mayor valoración económica ya no aparecen más equipos de la Liga.
Aparte de esta información hay otros datos de interés como el gasto porcentual en jugadores de cada liga:
Francesa: 70%
Española: 63%
Inglesa: 61%
Italiana: 57%
Alemana: 45%
En resumen, a la vista de la información aparecida creo que el sistema insolidario de que cada club haga la guerra por su cuenta, con clubes que cuentan con un presupuesto hasta 15 veces superior al de otros clubes con los que compite, lleva a la Liga a una situación de desequilibrio que esta perjudicando a todos. Parece que el objetivo de esos clubes grandes sea la creación de una liga superior, gestionando de manera privada esa superliga y tratar de desligarse de los organismos oficiales, al estilo de las ligas profesionales estadounidenses. ¿Y el Parlamento Europeo qué opina de esto?