¿Qué tipos de clubes deportivos existen? ¿Cómo podemos hacer una tipificación de los clubes? ¿Es necesario hacerla?
De cara a establecer políticas deportivas por las instituciones públicas competentes parece necesario realizar una clasificación de los mismos. A priori parece complicado poner en marcha actuaciones sobre una materia que no está perfectamente definida y clasificada. Por otra parte, la gran diversidad existente, hace que esta tipificación sea un asunto complicado.
Un club no deja de ser un modo que las personas tienen para asociarse. Esto es tan general que permite abarcar un amplísimo tipo de organizaciones. Tan amplio que resulta una temeridad tratar de hacer una clasificación “universal” que permita ubicar a cada club en una determinada tipología y con ellas establecer políticas y actuaciones adecuadas.
Diversos autores han tratado de hacer una tipificación de los clubes. Destacaría la que presenta Klaus Heinemann en su libro “Sociología de las organizaciones voluntarias. El ejemplo del club deportivo”, citando el trabajo de Nuria Puig. Se sugieren los siguientes tipos:
- Club distintivo
- Club integrador
- Club deportivo
- Uniones
- Asociación de deportes tradicionales
- Asociación de deporte para todos
- Clubes profesionales
Al analizar estas clasificaciones y tratar de emplearlas para establecer políticas concretas podemos llegar a tener la sensación de que la tipificación de los clubes deportivos puede servir como temática para reflexión teórica y para centrar posteriores desarrollos con definiciones previas.
Como premisa deberíamos tener en cuenta que si el objetivo es establecer políticas deportivas para clubes, la propia clasificación ya comienza a establecer políticas. Al realizar la clasificación, los criterios empleados para realizarla ya están marcando las variables que la Administración considera, y seguirá considerando mientras emplee esa clasificación, relevantes.
Creo que una clasificación de clubes o de cualquier tipo debe realizarse tras la fijación de unos objetivos generales. Esto es lo que nos muestra la revisión de otros tipos de clasificaciones, por ejemplo, las personas somos clasificadas en función de lo que esperan de nosotras. Los bancos nos clasifican en función de nuestro grado de solvencia. Hacienda en función de nuestros ingresos declarados. Correos lo hace en función de nuestro domicilio. El sexo contrario en función de nuestra calidad genética… ¿?… interpretando la belleza como tal calidad. Más de lo mismo para el caso de las empresas, que pueden estar clasificadas por tamaño, por tipo de actividad, por facturación, etc.
Debido a la amplia diversidad de clubes existentes y a la propia definición de lo que es un club, es necesario pensar sobre qué orientación general va a tener la política de clubes a seguir, de modo que contemos con una variable de referencia en la que centrarnos. Si se considera que el tamaño importa (sí, aunque a veces nos digan que no) esa será la variable principal y la clasificación se centrará en ella. Si lo importante es la orientación de su práctica, más o menos competitiva, esa será la clasificación.
En resumen, considero que como primer paso puede ser útil tener en cuenta un buen número de tipos de variables presentes en los clubes: tamaño, nº de secciones. A la vista de las mismas, pensar en los objetivos generales que los clubes deben cumplir en el sistema deportivo objeto de nuestra política de actuación. En función de estos objetivos, seleccionar la variable que determinará la clasificación a emplear para el establecimiento de políticas.
Al final de toda esta reflexión tal vez logremos una clasificación muy sofisticada o nos quedemos con una clasificación tan simple como grande, mediano y pequeño… cuestión de tamaños. Aunque hablando en serio, creo que el ejemplo de los bancos nos puede ser muy útil: si quieres un crédito te clasifico en función de tu nivel de solvencia, si te quiero vender un tipo de servicio lo hago en función de una clasificación socioeconómica. En definitiva: una buena base de datos que recoja una amplia serie de características y en función del objetivo diferentes clasificaciones. Siendo realistas, no creo que podamos/debamos hacer una clasificación “universal” si el objetivo es establecer adecuadas políticas deportivas sobre clubes.