El modelo de movilidad urbana se ha revelado como uno de los factores clave a la hora de impulsar un proyecto de Ciudad Activa.
En las políticas de movilidad sostenible, la relación entre movilidad y salud tradicionalmente se ha centrado en las emisiones de vehículos, sin embargo numerosas investigaciones muestran la correlación entre la obesidad por la inactividad física y el uso de vehículo privado. Estas evidencias han llevado a incluir esta perspectiva en los planes de movilidad sostenible.
Relación entre niveles de obesidad y niveles de utilización de modos de movilidad sostenible
Fuente: Bassett, Pucher, Buehler, Thompson, Crouter (2008)[i]
Para el objetivo de este texto podemos clasificar la actividad física en dos grandes categorías
- Actividades físicas recreativas en el tiempo de ocio.
- Actividades utilitarias: incluyen desplazamientos al trabajo, la escuela, las tiendas, así como las actividades relacionadas con la ocupación que tienen lugar en el entorno de trabajo o de estudios.
Considerando esta diferenciación puede entenderse el interés que desde las políticas de promoción de la actividad física tiene el impulso a un modelo de movilidad sostenible y activa (caminar y bicicleta) ya que permite incluir la actividad física en las rutinas diarias, apoyando el concepto de “vida activa”.
Favorecer la movilidad activa se ha mostrado como una de las estrategias más efectivas a la hora fomentar la actividad física entre la población.
Por otra parte, es necesario tener en cuenta que el modelo de movilidad de una ciudad no viene determinado simplemente por sus infraestructuras y programas específicos de movilidad, otras cuestiones como el modelo de ocupación del suelo o la calidad de su espacio público, el atractivo de sus calles, son también claves a la hora de promover una movilidad activa.
Conectividad
La conectividad de las calles, la facilidad de realizar un recorrido se muestra como un factor fundamental para que las personas opten por una movilidad activa[ii]. Una buena red de aceras debe permitir a las personas elegir entre varias rutas y que caminar sea el modo más eficiente de transporte.
En este sentido, un estudio realizado en Estados Unidos ha encontrado una fuerte relación entre la conectividad de la calle y la salud de sus habitantes[iii].
El estudio encontró una fuerte conexión entre la densidad de intersecciones y la salud de sus residentes. Al analizar la densidad de intersecciones de la ciudad, se observa que una reducción de 144 intersecciones a 81 intersecciones por milla cuadrada correspondían con:
- Un aumento en la obesidad del 33%.
- Un aumento del 13% en la presión arterial alta.
- Un aumento en la diabetes del 42%.
- Un aumento del 20% en enfermedades cardíacas.
Modelos de conectividad (de izquierda a derecha de más a menos saludable)
Fuente: Marshall, Piatkowski, Garrick (2014)
Ocupación del suelo
Los autores del estudio relacionan la baja densidad de intersecciones con el modelo de ocupación del suelo tan en boga en Estados Unidos e importado aquí con gran devoción. Este modelo se conoce con Urban Sprawl (dispersión urbana) y que ha llenado el territorio de urbanizaciones de viviendas unifamiliares, alejadas de los centros urbanos y de actividad y que obligan a utilizar el vehículo privado para casi cualquier actividad. Así, se observa que las personas que viven en estas urbanizaciones tienen mayores niveles de obesidad y de enfermedades cardíacas, en gran medida debidas a mayores niveles de inactividad física.
Además de la dispersión urbana, el modelo de ocupación del suelo en las ciudades ha primado la especialización de áreas, diferenciando zonas residenciales, zonas para trabajar, para el ocio, espacios comerciales, etc. Esta zonificación ha alejado las actividades cotidianas de la ciudadanía y exige una movilidad basada en el vehículo privado.
A la hora de planificar la ocupación del suelo, es necesario tener en cuenta que ubicar destinos de actividad cotidiana relativamente cercanos a (o dentro de) los barrios, fomentará los desplazamientos activos. Adecuar las distancias entre los destinos habituales permite asimilar las diferentes actividades como parte de un solo viaje y desplazarse a pie entre ellas: hacer la compra después del trabajo, ir a recoger a las niñas y niños después de realizar gestiones, etc.
Fuente: Sport England (2007)[iv]
En definitiva, promover modelos de movilidad activa es una estrategia clave a la hora de fomentar estilos de vida más activos y saludables en nuestras ciudades. Sin embargo, la promoción de una movilidad activa no puede basarse exclusivamente en los sistemas de movilidad. Estos criterios de movilidad activa y sostenible deben ser considerados y asumidos a la hora del planeamiento general del suelo urbano y de los patrones de conectividad de sus calles.
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[i] Bassett DR, Pucher J, Buehler R, Thompson DL, Crouter SE. (2008) “Walking, cycling, and obesity rates in Europe, North America, and Australia”. Journal of Physical Activity and Health 2008.
[ii] Hess PM, Moudon AV , Snyder MC, Stanilov K.(2001). “Site design and pedestrian travel”. Transportation Research Record 2001.
[iii] Marshall WE, Piatkowski DP, Garrick NW. (2014) “Community design, street networks, and public health”. Journal of Transport & Health 2014.
[iv] Sport England (2007) “Active Design. Promoting opportunities for sport and physical activity through good design”. CABE, Department of Health, Department of Culture, Media and Sport. London.