Del ‘Gym-manta’ a la ‘Uberización’ del deporte

Madou vino hace tres años desde Senegal. Tras un penoso viaje logró entrar en Europa y ahora vive vendiendo cinturones, vestidos, camisetas o pantalones que lleva en un carro de compra al que ha añadido una enorme bolsa de plástico para poder llevar una mayor variedad. En ocasiones expone sus productos en una larga tela que recoge a toda prisa para salir corriendo cuando llega la policía a pedirle la documentación. Antes vendía falsificaciones de marcas de lujo, pero ahora ya no. Vende productos sin marca o con una marca creada ad-hoc. Los top-manta se han adaptado a las dinámicas del mercado y han creado su propia marca: Top-manta. A pesar de ello, su actividad no está legalizada ya que hace un negocio en el espacio público sin pagar por ello. Los comercios que por exponer sus productos en la calle, o los bares que colocan sus terrazas en el espacio público pagan sus tasas al ayuntamiento por hacerlo, se quejan de que existe una discriminación que les genera desventajas frente a Madou y el resto de manteros que venden ropa o bebidas en la calle.

Asbjörn vino de Göteborg también hace tres años. Es un sueco alto y emprendedor que decidió buscarse la vida fuera de casa. Durante años practicó atletismo y llegó a ser campeón de la provincia de Västra Götaland en la prueba de 1.500 metros lisos. Hizo ‘trials’ para formar parte del equipo sueco de atletismo pero no logró las mínimas. Ha entrenado durante muchos años y aprovecha los conocimientos adquiridos en sus años de atleta para organizar grupos de entrenamiento en Barcelona. No tiene una formación específica como preparador físico, pero dirige entrenamientos en los que cada persona que acude paga 10 euros la sesión, en metálico al finalizar la misma. Comenzó a darse a conocer entre las chicas y chicos que estaban de Erasmus en Barcelona, pero su clientela ha aumentado y hay mucha gente ‘local’ que acude a sus sesiones. La actividad (no)profesional de Asbjörn se realiza en el espacio público, aunque no paga la cuota de autónomos ni ningún tipo de canon al ayuntamiento por utilizarlo para su explotación económica.

El fenónemo ‘Gym-manta’

Para muchas personas la actividad de Madou es molesta, ilegal y perjudica al comercio local; pero la de Asbjörn es positiva ya que promociona la actividad física y la salud. Sin embargo Madou es un ‘Top-manta’ y Asbjörn no deja de ser un ‘Gym-manta’[i]. El fondo del problema es el mismo, mercantilizan el espacio público y hacen negocio sin pagar por ello, carecen de cualquier control legal, fiscal, de seguridad y de calidad y hacen competencia a quienes sí cumplen con la normativa vigente.

Dar un paseo con Gaspar Maza por el Paseo Marítimo de Barcelona es un auténtico ‘Safari Etnográfico Deportivo’. El último paseo que dimos pudimos observar ‘fauna’ de todo tipo: ‘crossfiteros’ en parques de calistenia, ‘spartans’ en escaleras poco transitadas, ‘runners’ a lo largo del paseo, ‘compi yoguis’ en la playa… Un sinnúmero de grupos y actividades que suponían un negocio para las personas que los dirigían y que en muchos casos no contaban con licencias ni titulaciones que los respaldasen. Todos estos grupos hacían sus rutinas frente al Bar Paco, la Gastroteca Gispert o el XPower Gym, que pagan sus tasas y tributos por sacar mesas o actividades económicas a la calle.

Estas actividades deportivas comerciales y alegales pueden no suponer un problema en un principio, cuando no hay saturación de los espacios; sin embargo, en ocasiones el parque de calestenia está totalmente ocupado por uno de estos grupos dirigidos, el ‘bowl’ lleno de chicas y chicos recibiendo unas clases del skater que se ha hecho su nombre para enseñar trucos básicos o el rocódromo público lleno de gente de grupos organizados que pagan por cursillos a alguien que se aprovecha de un recurso común.

El problema no es nuevo y algunas ciudades-territorios han tomado medidas para tratar de gestionarlo. Desde las ciudades que exigen un registro y pago de un canon a empresas y profesionales que ofrecen sus servicios deportivos en el espacio público, hasta territorios que sectorializan sus playas y organizan horarios para escuelas y empresas de surf.

Pero como siempre, la realidad es compleja y es difícil establecer límites y categorías. No es lo mismo una actividad organizada por un club sin ánimo de lucro cuyo interés es atraer a gente a la práctica de su deporte, que una empresa de ropa deportiva que organiza un maratón de yoga en la playa y busca un retorno publicitario. Pero ¿y si la actividad la organiza un club con el patrocinio comercial de una marca de ropa deportiva? ¿y si es un entrenador de club que lo hace para sacarse un sobresueldo? El fenómeno del ‘running’ popular ha estimulado esta tendencia del ‘Gym-manta’. Algunas empresas de servicios deportivos que basan su negocio en los gimnasios e instalaciones específicas han comenzado a ofrecer sus servicios en parques y zonas abiertas. Algunas incluso basan su actividad principal en estos servicios deportivos en espacios públicos.

 

La ‘Uberización’ del servicio deportivo

Dentro de esta dinámica del ‘Gym-manta’ hay un factor que es clave para su auge. No me refiero al aumento de la actividad físico-deportiva en espacios abiertos, sino al aumento de la pseudo-profesionalización de este tipo de actividades y de una economía sumergida alrededor de este sector (dejando aparte empresas legales pero que hacen negocio de un recurso común como es el espacio público sin pagar por ello). Es una dinámica a la que se le está llamando ‘Uberización de la economía’.

Muchas de estas personas que ofrecen estos servicios deportivos ‘Gym-manta’ basan su estrategia comercial y su negocio en las redes sociales y se dan a conocer gracias a sencillas páginas web, páginas de Facebook o grupos de Whatsapp. Han renunciado a sus derechos laborales, pero muchos tampoco cumplen con ningún requisito básico para poder ejercer su actividad «profesional». Cobran menos que otras personas con formación fundamental y homologaciones, pero su situación alegal y sin costes de estructura (se benefician de un espacio público gratuito) les permite ofrecer servicios de orientación deportiva a precios notablemente inferiores.

La ausencia de intermediación entre persona entrenada y entrenadora, unida a la evasión de gastos estructurales gracias al aprovechamiento comercial del espacio público, les permite ofrecer unos precios imposibles para la oferta tradicional y regulada.

No es un modelo ‘Uber’ total ya que no existe una plataforma que explota un hueco legal para precarizar, sino que es un modelo de autoprecarización distribuido. Tampoco parece factible que en un futuro pueda generarse un modelo de explotación centralizada tipo ‘Uber’ por el modelo de negocio que se trata, sino que se basa más en un modelo distribuido de autoexplotación. Al fin y al cabo, los efectos a los que me refiero son los mismo.

 

La regulación de las profesiones del deporte

Recientemente Transport for London (TfL), el organismo que controla el transporte público de la capital británica ha denegado la solicitud de renovación de licencia de la empresa ‘Uber’. Los argumentos de Tfl son que «la conducta de Uber demuestra falta de responsabilidad corporativa en relación a varios asuntos que tienen potenciales implicaciones sobre la seguridad pública». Estos argumentos de Tfl son muy similares a los que se emplean desde las asociaciones de profesionales del deporte para regular sus actividades profesionales.

El fondo del problema en materia de movilidad y transportes es claro: la regulación tradicional es insuficiente e ineficiente para encajar la tecnología colaborativa en el orden económico actual.

En los últimos años se están elaborando numerosas regulaciones a diferentes niveles administrativos de las profesiones del deporte. Esta es mi gran duda ¿tienen en cuenta las redacciones de las leyes esta nueva realidad de los procesos de ‘uberización’ del sector deportivo? No me gustan muchos intentos de regulación de las profesiones que se han intentado hasta ahora (el corporativismo de muchas de ellas era exagerado y por eso las han echado para atrás), pero sí creo que si se hace una regulación actualmente debe tener en cuenta este proceso de ‘uberización’. Tengo la sensación de que muchas redacciones de leyes han intentado alcanzar actividades sobre las que hay escasos argumentos de regulación (por ejemplo la gestión) y han dejado de ver dinámicas sociales que son más preocupantes. Si en sectores como la movilidad y los transportes cuentan con una regulación poco adaptada a la realidad actual ¿la actividad físico-deportiva no debería tenerlas en cuenta ahora que se está en proceso de modificar su regulación?

Me encantaría escuchar las opiniones de algunos abogados especialistas en deporte.


[i] El concepto de ‘Gym-manta’ no es mío, es de Gaspar Maza, de su entendimiento de la realidad deportiva en las ciudades y sus descriptivos neologismos.

————————————————————————

Proyectos de Espacios en murua.eu

ProyectosMurua

3 Respuestas a “Del ‘Gym-manta’ a la ‘Uberización’ del deporte

  1. Gracias Juanma Murua por describir el fenómeno que está ocurriendo en nuestros parques y zonas comunes con estos grupos de entrenamiento. Como siempre aportas y presentas temas para la reflexión y el debate. Gracias al Sr. Maza por el concepto Gym-Manta, sin duda muy adecuado. Esta Oportunidad de los DAFO de los PT (personal trainers) y de los PPT (pseudo personal trainers -manteros del gym-) es una Debilidad del sistema que alimenta otra Oportunidad a la hora de la regulación profesional y su actual desarrollo en las distintas regiones. Si se hiciera de forma legal, declarando la actividad, habría muchas puertas que poner al campo: a los guías turisticos, a los conductores de grupos en la naturaleza (kayaks y SUP de travesía incluidos) y un larguísimo etcétera… Centrándome solo en el PT legal, el matiz desde mi punto de vista está en si se requiere «exclusividad o no del uso del espacio público para la prestación del servicio»…. Un abrazo!!

    • Gracias Fabián. Es interesante la idea que planteas sobre la exclusividad o no del uso del espacio público. Estamos en un proyecto de investigación que trata, entre otras cosas, este asunto. Pensaré sobre ello porque abre una puerta interesante.
      Abrazo!

  2. Pingback: MacJobs y McJobs, la brecha en el mercado laboral deportivo | Economía en Chándal·

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s