Ciudades Activas para la salud mental

En los procesos de co-diseño de estrategias para los planes estratégicos de la actividad física y el deporte de varias ciudades en 2023 hemos planteado a las personas participantes la necesidad de abordar los problemas de salud mental y pensar en programas de actividad física orientados a la misma.

Me llamó mucho la atención que en uno de estos procesos, un médico me respondiese que ese no era un problema real, que el verdadero problema era la obesidad. Como si los problemas fuesen únicos o desde las políticas deportivas sólo se pudiese abordar un único problema. Se trataba de una ciudad portuguesa, país en el que la pandemia afectó a un tercio de la población con sufrimiento psicológico. Posteriormente, trabajando en la concreción de las estrategias del plan de esta ciudad, llegué a este artículo: Así impacta el diseño de las ciudades en la salud mental.

Como podéis suponer, en nuestros trabajos de planificación en ciudades incorporamos la perspectiva de Ciudades Activas a la hora de diseñar programas y actuaciones. A partir del artículo hemos trabajado en incluir la salud mental en algunas propuestas en planes estratégicos de actividad física y deporte en ciudades y pueblos.

Aquí recojo algunas ideas del citado artículo sobre entornos urbanos y salud mental relacionadas con las propuestas de Ciudad Activa. Tomo como referencia el Manual de Municipios Activos que elaboramos en 2022 para la Diputación de Almería.

Relación entre urbanismo y salud física y mental.

Las investigaciones sugieren que la vida urbana está vinculada a un incremento en la actividad de la amígdala, un componente clave en la reacción al estrés y la ansiedad. Se observa que la incidencia de diversas afecciones de salud mental es más elevada en entornos urbanos en comparación con las áreas rurales: existe un riesgo aproximadamente un 40% mayor de sufrir depresión, un 20% más alto de experimentar ansiedad y una probabilidad dos veces mayor de desarrollar esquizofrenia.

El hacinamiento, el ruido, la contaminación y el diseño urbano pueden actuar como estresantes en las ciudades. También el exceso de patrones repetitivos y geométricos en el entorno urbano puede generar estrés visual.

Movilidad y accesibilidad.

Sin embargo, no todo es negativo en las ciudades. Entre las investigaciones sobre ciudades activas no observamos evidencia definitiva sobre si las personas son más o menos activas que en entornos rurales. Aunque sí hay diferencias en los tipos de actividad. En el caso de la salud mental, para personas mayores y con necesidades especiales, las ciudades con buena accesibilidad al transporte público y estructura urbana densa, aumentan las oportunidades de tener una vida social activa y contribuyen a reducir el riesgo de depresión.

Impacto positivo de las zonas verdes.

La incorporación de zonas verdes en entornos urbanos ha demostrado reducir el estrés y mejorar la salud mental. Realizar actividad física en espacios verdes es un factor importante, también, para la salud mental de quienes la practican. La exposición a elementos naturales como el cielo, los árboles y la luz natural reduce la percepción del estrés y tiene efectos fisiológicos positivos. Incluso solo cinco minutos de exposición a zonas verdes pueden producir una recuperación significativa del estrés.

Enfoque en el bienestar integral.

Existe una preocupación compartida por el bienestar integral de los residentes urbanos, abarcando tanto la salud mental como la física. Esto se refleja en la necesidad de un diseño urbano que facilite la actividad física y al mismo tiempo cree entornos menos estresantes y más saludables para la mente.

Necesidad de colaboración multidisciplinar.

Es fundamental la colaboración entre diferentes disciplinas, como la salud, la planificación urbana y la arquitectura, para crear ciudades que sean tanto mental como físicamente saludables para sus habitantes. Una línea de colaboración muy interesante que estamos incorporando en los procesos de planificación es el de la psicología ambiental y la neurociencia para analizar la influencia del entorno construido en el comportamiento de la población de las ciudades.

Incorporar la salud mental como un componente esencial en los criterios de Ciudad Activa y en las estrategias para fomentar la actividad física y el deporte enriquece significativamente el alcance de estas políticas. Esto se refleja en todas las etapas, desde la concepción y ejecución hasta la evaluación de las mismas. Hemos observado posibilidades para abordarla en las actividades, en el diseño de equipamientos y espacios e, incluso, en las colaboraciones y gobernanza entre agentes del sistema deportivo de la ciudad. Estamos convencidos de que este es un camino que merece continuar explorándose y desarrollándose.

Deja un comentario