Pregunta frikaza: ¿Qué tienen en común:
Dr. Strange
The Atom
Detective Marciano
Flash
Zatanna
Shadowcat
Nightcrawler
Vision
Phantom Girl
Espectro
Dr. Fate y
Green Lantern ?
Respuesta igual de friki: pueden atravesar las paredes con sus superpoderes.
¡Es un superpoder alucinante! ¡Traspasar paredes sin romperlas!
¿Los simples humanos que no hemos sufrido mutación alguna podríamos hacer algo capaz de traspasar las paredes sin romperlas?
Sí, podríamos hacer que la actividad de nuestras instalaciones deportivas traspasase sus paredes y saliese hacia el “espacio exterior” y que dicha actividad se expandiese por el barrio/ciudad en la que están ubicadas.
Hoy, en una e-conversación ha salido la referencia a instalaciones deportivas abiertas y cerradas y el caso de una ciudad en la que según sean de un tipo u otro se gestionan desde un departamento distinto.
Desde mi punto de vista esa diferenciación puede haber resultado útil desde el sistema operativo que la Administración ha seguido en tiempos pasados, sin embargo ¿tiene sentido esa clasificación y distribución de competencias en los tiempos actuales?
Sinceramente, creo que no. Cada vez estoy más convencido de que si las administraciones, todas y especialmente las locales, quieren generar un valor ciudadano deben adaptarse a la realidad de la ciudadanía, y no creo que la ciudadanía viva “departamentalizada”.
Creo que las instalaciones deportivas “cerradas” deben ser algo más que “contenedores de actividad”. Soy consciente de que bastantes retos y problemas tienen las personas responsables de la gestión del interior de las instalaciones. Sin embargo creo que las instalaciones y equipamientos deportivos tienen capacidad de servir más allá de la actividad que se realiza de puertas adentro.
En conferencias y charlas es un tema que suelo tratar y me gusta presentar varios ejemplos de instalaciones deportivas que expanden su actividad al espacio fuera de sus paredes. En los proyectos relacionados con ciudades activas en los que colaboro es una cuestión que siempre planteo ¿cómo puede una instalación generar actividad más allá de sus paredes? ¿cómo podemos hacer que la actividad “desborde” la instalación?
Me parece una cuestión importante, un cambio en el modo de entender la instalación deportiva. Pasar de ser un contenedor de actividad físico-deportiva a ser un elemento dinamizador del espacio urbano en el que se ubican.
Se nos pueden ocurrir numerosas maneras de hacerlo, desde organizar actividades en el espacio público próximo a la instalación, emplear las paredes exteriores para instalar un rocódromo, colocar paneles con recorridos para correr, caminar o andar en bicicleta, paneles con ejercicios de estiramientos, colocar una manguera para la limpieza de bicicletas… Las posibilidades pueden ser muchísimas, es cuestión de echarle imaginación.
Por otra parte, es muy interesante que a la hora de diseñar el edificio se tenga en consideración esta cuestión, que se diseñe no sólo como un contenedor de actividad y que incluya en su planeamiento las posibilidades del espacio urbano colindante.
Sí rotundo Juanma. Durante mucho tiempo el polideportivo se ha constituido en el epicentro de las políticas deportivas municipales. El mensaje de qué podría hacer el polideportivo por la gente, responde también quizá a un enfoque departamentalizado (enfoque desde los entornos). Quizá este plateamiento debiera hacerse desde la atención a las necesidades de la población (tal y como planteábamos en Aktibili) y con una visión integral, tal y como planteas. Es un tremendo error, como señalas, la «departamentalización» de las personas con la que funciona la administración.
Gracias Iñaki. Todavía falta pero ya se van observando cambios en el sentido apuntado. Esperemos que los pasos se conviertan en corriente.
Aupa Juanma.
Completamente de acuerdo con el motivo y la intención de tu entrada en el blog. Me encanta la idea del polideportivo con superpoderes. La pena es que también todas nosotras tengamos que convertirnos en superhéroes para reivindicar y conquistar espacios (ultra)normativizados por unas administraciones encargadas de la gestión de lo público desde una distancia (hiper)burocratizada que no consigue conectar con las verdaderas necesidades de la ciudadanía ni muestra capacidad de (re)inventar nuevas posibilidades para equipamientos que perfectamente podrían diversificar sus posibilidades de uso.
Con esto de los polideportivos me ocurre lo mismo que con los centros cívicos, las bibliotecas y otros equipamientos públicos que podrían buscar formas de gestión compartida con usuarios y asociaciones vecinales para un mayor y mejor aprovechamiento de recursos. Explorar de qué forma todos estos espacios pueden expandirse más allá de sus paredes para trasladar a la calle todo lo que sucede dentro y viceversa. Ampliar las posibilidades de acceso a la cultura, al conocimiento, a la salud, a otras formas menos consumistas de disfrutar del tiempo de ocio, a relacionarnos…Pero claro, todo esto, en este momento, parece no tener especial relevancia en las políticas estratégicas de desarrollo urbano.
Por otra parte, creo que como dinamizadores en potencia del espacio urbano con el que tienen más proximidad, todas estos equipamientos podrían realizar una labor socio-cultural que extendiesen sus prácticas al espacio público. Ya hemos comentado en alguna conversación informal que, en el caso del deporte, la ciudad ofrece suficientes posibilidades como para no estar continuamente supeditados a polideportivos/gimnasios y similares como espacios especializados para el deporte. El deporte, como la educación, pude suceder en cualquier lugar y en cualquier momento. La ciudad está repleta de elementos que podemos (re)utilizar o modificar mínimamente para la práctica deportiva. Basta con un poco de imaginación, con atreverse y con cambiar la mirada sobre todo aquello que nos rodea. Sin capa, sin antifaz y sin tener que pasar por la traumática experiencia de ser mordisqueados por una araña radiactiva.
G.
¡Qué bueno Gorka! ¡Muchas gracias por el comentario!
Efectivamente esa capacidad de los equipamientos e instalaciones de generar entornos más activos, sociables, para vivir mejor en definitiva, apenas está aprovechada.
Creo, como tú y como Iñaki en el comentario anterior,que el punto de partida está demasiado limitado por un modelo burocrático y departamentalizado.
Relacionándolo con algunos de vuestros trabajos, me parece que ocurre algo similar a lo que sucede con el juego. Tendemos a parcelar tanto el espacio, las actuaciones y las responsabildades, que su reflejo en las ciudades limita enormemente la capacidad relacional de las mismas, la capacidad de improvisar y de disfrutarla de un modo más libre y autónomo.
Por cierto, el jueves que viene doy una conferencia en Getxo sobre colaboración público privada y llevo una revisión crítica de las políticas, libros verdes, blancos y multicolor que tratan de regular esta colaboración. Una idea importante de mi crítica es que en todos estos «manuales de buena política» la parte privada tan sólo se plantea como empresarial. Ni siquiera contemplan la posibilidad de colaboración con grupos sociales, asociaciones, ciudadanía… ¡Es desolador! ¿Cómo quieren generar valor para la ciudadanía si tan sólo la consideran usuaria/cliente? Eso sí, cuando hay problemas a apelar a la responsabilidad ciudadana.
Gracias de nuevo Gorka.
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