Localización de instalaciones deportivas (2): modelos de localización óptima

Resumiendo el post anterior:la segregación funcional se apoyaba en una teoría de la localización cada vez más cuestionada y que, precisamente por esos cuestionamientos, va incorporando nuevas herramientas y variables. Lo que se plantea ahora es: ¿Cómo determinar dónde localizar un equipamiento o servicio deportivo? Con el anhelo de lograr la eficiencia en estas localizaciones la economía y el urbanismo han recurrido a las matemáticas para desarrollar modelos de localización óptima.

Modelos de localización óptima de equipamientos

Los modelos de localización óptima de equipamientos son instrumentos matemáticos y estadísticos que se utilizan para determinar la ubicación óptima de diferentes tipos de instalaciones y equipamientos, como polideportivos o parques, escuelas, hospitales, estaciones de transporte público y otros. Estos modelos tienen en cuenta una serie de factores, como la accesibilidad, la demanda de los servicios, las posibilidades de transporte público, la presencia de espacios verdes, la cercanía a áreas residenciales, entre otros, para determinar la ubicación que brinde el mayor beneficio social y económico para la zona y sus habitantes. Buscan maximizar la eficiencia y la eficacia de los servicios ofrecidos, al tiempo que minimizan los costos y los tiempos de desplazamiento.

A mediados del siglo XX, con el establecimiento del Estado de Bienestar y el crecimiento de los servicios públicos, crece el interés por la localización óptima de los equipamientos que facilitarán estos servicios. El objetivo era que los servicios fuesen accesibles a toda la población y la ubicación de los mismos es fundamental para asegurar el acceso.

En la década de los sesenta comienza un fuerte despegue de estos modelos de localización óptima y en los ochenta creció la atención por un enfoque espacial y de bienestar. Estos servicios colectivos cobraron gran importancia en la política local y territorial, siendo elementos fundamentales no sólo de la planificación territorial, sino también de la planificación y gestión sectorial.

Criterios de localización de los equipamientos deportivos

Para alcanzar las resoluciones a los problemas de localización, los modelos se apoyan en criterios como la eficiencia, la equidad, la sostenibilidad, la cohesión social, justicia territorial o la competitividad.

Es importante tener en cuenta que la importancia de estos criterios depende de las características del servicio que se pretende localizar. Por ejemplo, la localización de un servicio deportivo privado dará mayor peso al criterio de eficiencia; mientras que la ubicación de un servicio público normalmente se apoyará en mayor medida en el criterio de equidad, tratando de asegurar un acceso equitativo a la población.

En la siguiente imagen puede verse un análisis muy sencillo de una ciudad en la que aplicábamos el criterio de equidad para realizar propuestas para la ubicación de un nuevo centro deportivo municipal. En el estudio observamos que un 40% de la población de la ciudad vivía a más de 12’ caminando de un polideportivo municipal.

El desequilibrio en el acceso a los centros deportivos municipales generaba, además, problemas de gestión ya que uno de los centros concentraba una demanda deportiva mucho mayor de lo que podía absorber, originándose importantes listas de espera. Situaciones como esta también provocan problemas de transporte urbano, ya que requieren un mayor número de desplazamientos motorizados, con el consiguiente impacto ambiental y coste para la población. Al aplicar un modelo de localización-asignación que optimizaba la eficiencia económica espacial se planteó una ubicación para el nuevo centro deportivo municipal que daba respuesta a dos terceras partes de ese 40% que vivía a más de 12’ de los otros centros.

Al hilo de esto, recomiendo el fantástico estudio de la Universidad de Alcalá de Henares Access to and availability of exercise facilities in Madrid: an equity perspective. En esta investigación, el equipo dirigido por Luis Cereijo demuestra que si bien las áreas de Madrid con nivel socioecómico más bajo cuentan con instalaciones públicas y low-cost más cercanas, el número total de instalaciones es menor en estas áreas en comparación con las áreas de nivel socioeconómico más alto.

El número y la posición geográfica de los equipamientos deportivos son aspectos importantes que inciden en la calidad del servicio, pero hay otro que es también muy relevante: la oferta de cada instalación.

En el siguiente mapa puede observarse los distintos espacios que componen los tres grandes equipamientos deportivos de otra ciudad. En él se observa cómo uno de los equipamientos, el más grande y alejado del centro, cuenta con el mayor número de salas en las que se ofrecen servicios de deporte para todas las personas. Los dos equipamientos ubicados en el centro de la ciudad, en cambio, cuentan principalmente con canchas y campos, acogiendo mayoritariamente actividades de equipo. Esta distribución obligaba a un mayor desplazamiento a la mayoría de la población, mientras que los equipamientos más céntricos estaban infrautilizados la mayor parte del día. La propuesta era clara: las inversiones en equipamientos debían corregir esa distribución de servicios.

Externalidades y el impacto más allá del deporte

La simple presencia de un equipamiento deportivo suele tener un impacto que va más allá de la facilitación de actividad físico-deportiva. Un polideportivo, un campo de fútbol, una piscina, modifican las condiciones del entorno en el que se ubican. Los equipamientos deportivos pueden generar una serie de dinámicas positivas, de atracción de personas, de dotación de seguridad al entorno o de estímulo económico en su entorno cercano. Estas son las que conocemos como externalidades positivas. También pueden existir externalidades negativas. Pensemos en los problemas de tráfico generados un día de partido en un gran campo de fútbol. La cuestión es que todos estos equipamientos deportivos tienen externalidades positivas y negativas, la clave estará en su proporción y en el impacto en el entorno. En el caso de los equipamientos deportivos suelen ser mayores las positivas, pero no debemos olvidarnos del resto.

Esta cuestión de las externalidades nos lleva a la necesidad de incorporar el criterio de justicia espacial e intentar optimizar la localización para repartir estos impactos del modo más equitativo entre la población.

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