Siguiendo la máxima tan repetida de que «hay gente pa’tó» he encontrado a este señor que con un martillo, un hacha, una sierra y cuatro cacharritos más se ha currado un gimnasio ecológico. En la foto podéis ver el fabuloso ergómetro digno de Pedro Picapiedra.

«Este Gimnasio Ecológico «Lumen» es el modesto granito de arena que aporto a mi pueblo, Valdespino de Somoza, de manera altruista. Realicé esta obra de forma totalmente artesanal: nada eléctrico ni mecánico. Mis herramientas fueron el martillo, el hacha, los barrenos, la sierra y el pico, además de mis humildes conocimientos como profesor de Educación Física. Trabajé tres años, recorriendo escombreras y solicitando la colaboración ciudadana para conseguir los elementos que luego reciblé (…) Este peculiar gimnasio, que nació de la naturaleza, volverá a ella. – Manuel de Arriba Ares»