Hacia un política de innovación deportiva

El concepto de innovación ha arraigado profundamente en el deporte. Al igual que otros conceptos como gestión, estrategia, gobernanza, marketing, liderazgo, o más recientemente sostenibilidad, el concepto de innovación ha cobrado una notable importancia en el desarrollo del deporte.

No obstante, la innovación siempre ha sido una constante en el deporte. La propia noción de deporte ha cambiado con el tiempo. El deporte tal y como lo conocemos en estos momentos, las actividades que engloba, su sistema organizacional, sus reglas, las herramientas que se emplean, sus elementos simbólicos, poco tienen que ver con los de hace un siglo. La innovación siempre ha estado presente en el hecho deportivo.

Ahora bien, la política y la gestión de la innovación en el deporte son mucho más contemporáneas. Las políticas públicas de innovación deportiva han comenzado a desarrollarse en el presente siglo y, salvo contadísimas excepciones, todavía nos encontramos en una etapa muy inicial.

La política de innovación deportiva comprende las actuaciones públicas orientadas a favorecer la asignación de recursos de todo tipo –educativos, científicos, técnicos y financieros– para la generación de innovaciones en el deporte, incentivar directamente la innovación por parte de los diferentes agentes y mejorar el entorno institucional en el que se desarrollan las actividades innovadoras en y para el deporte (García-Quevedo y Mas-Verdú, 2007)[i]

Las políticas de innovación, en general, son relativamente nuevas. Algunos países más desarrollados comenzaron a implementar sus primeras actuaciones a comienzos de los años 80 y no fue hasta los años 90 que se extendieron entre los países de la OCDE. En Europa un hito clave fue la cumbre de Lisboa (2000) en la que se consensuó una estrategia y política común para afrontar los riesgos de la globalización y “acordar un nuevo objetivo estratégico de la Unión a fin de reforzar el empleo, la reforma económica y la cohesión social como parte de una economía basada en el conocimiento.”

Tras la cumbre y con la puesta en marcha de políticas decididas a transitar hacia un nuevo modelo social y económico basado en el conocimiento y la creatividad, comenzó a darse una hiperpresencia mediática de estos términos. La innovación y las políticas orientadas a impulsarla pasaron a aplicarse a prácticamente todos los ámbitos de la sociedad. También al deporte.

Ahora bien, estando claro el objetivo de caminar hacia un modelo de «sociedad del conocimiento” y adaptar el deporte a ese ideal, es necesario trasladar esas grandes ideas y estrategias a la realidad cotidiana de las personas y su relación con el deporte. Es indispensable formar y guiar a la ciudadanía y a los agentes del ecosistema deportivo apoyándoles en su adaptación a las nuevas realidades socioeconómicas. ¿Cómo se adaptan los territorios a este modelo basado en las TIC y la mediación digital? ¿Cómo puede el deporte adaptarse a esta dinámica y aportar a la construcción de una sociedad del conocimiento?

(Continuará)

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[i] García Quevedo, J.; Mas Verdú, F. (2007): Políticas de Innovación y Servicios Intensivos en Conocimiento”. Economía Industrial Volumen II, páginas, 179-186.

3 Respuestas a “Hacia un política de innovación deportiva

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